Bandeja Paisa

Bandeja Paisa es un plato tipico de Antioquia, el cual se compone de Frijoles, Maduros, Arroz, Chicharron, Huevo, etc. este plato es original de Colombia.

Pescado Frito

El plato se narra en varios textos de la cocina sefardita que se servía acompañado de una vinagreta de diversas hierbas. Existen descripiciones de viajeros del siglo XVIII que narran la existencia de este plato en ciertas regiones de Andalucía.

Changua

La changua es un caldo de la Gastronomía de Colombia, más precisamente de la región del Altiplano Cundiboyacense y parte del departamento de Santander.

TMCGASTRONOMICO

Esta pagina esta diseñada con el proposito de enseñar las novedades hacerca de la Cocina y sus Tecnicas.

Ajiaco Santafereño

Ajiaco es el nombre dado a un tipo de sopas típicas de la Hispanoamérica intertropical. Consiste usualmente en una sopa o guiso a base de diversos ingredientes sólidos como legumbres o tubérculos picados en trozos, y trozos pequeños de diversas carnes. Dependiendo de la zona o el país podria incluir ají.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Cortes de Carne más Comunes


Cortes de Carne más Comunes

Estos son algunos de los cortes que más comúnmente se piden en las carnicerías para la preparación de las recetas que usted encontrará en nuestra sección de recetas. En la imagen al final de la lista podrán ver de qué parte de la res son tomados los cortes de carne.

Chocozuela: pieza de carne magra tomada de la articulación entre la pierna y cadera de la res. Se utiliza para bistecs y para asados.

Ganso: pieza de carne blanda a la vista y al tacto. Se utiliza para bistecs, asados y guisos.

Punta trasera: corte de carne utilizado para asados y es excelente para parrillas. Su grasa le da mucho sabor al resto de la pieza.

Muchacho redondo y muchacho cuadrado: son piezas tomadas de la parte trasera de la res. El redondo es una poco mas blando pero el cuadrado es más fácil de dividir luego de cocido. Ambos se emplean para preparar asados al horno.

Pulpa Negra: es una pieza de gran tamaño, libre de grasa, ideal para milanesa. Se utiliza para asados, bistecs y cocidos.

Lomito: corte de carne que se extrae del interior de la res. Es de aspecto a la vista y al tacto muy blando y jugoso. Se utiliza en asados, frituras. Aunque no sea costumbre, hecha a la parrilla, como medallones es excelente. Es una pieza noble que permite platos exquisitos a la pimienta verde, con champiñones, en salsas, etc.

Solomo Cuerito o de Cuerito: proviene de la espalda de la res, se usa para preparar asados, bistecs, guisos, roast beef y es muy bueno para parrillas.

Costillas: se usan en asados, guisos, sopas, en preparación de granos.

Lagarto: corte de carne que proviene de las extremidades de la res. Se utiliza en asados.

Lagarto con Hueso: este corte tiene forma circular y contiene altos valores calóricos y grasos. Se utiliza en sopas y es excelente con verduras y hierbas.

Paleta: es un corte voluminoso, proviene del frente de la res, muy jugoso y magro. Se utiliza para preparar bistecs y asados.

Solomo abierto: con esta pieza se preparan asados, guisos, sopas, mechados y molidos.

Pecho: corte de carne de forma semejante a la quilla de un barco se utiliza generalmente en cocidos.

Falda de costillas: un conjunto de músculos extraídos de la parte de abajo del costillar que se utiliza en sopas, carne desmechada y guisos.

Cortes más frecuentes de la res

Ver también: Recomendaciones básicas sobre la Carne
Ver también: Recetas de Carnes

http://vhost-003117.vhost.cantv.net/informativas/gastronomia/html/Coc02.html

Tipus i tecnologia de la panificació

Introducción.
Actualmente el sector de la panificación ha sufrido un cambio notable. Lo que empezó
por ser un negocio familiar, es un una industria. La optimización de materias primas, la
investigación que la soporta, la evolución tecnológica y los equipos modernos permiten
trabajar como hace 50 años el panadero no podía imaginar.
Se puede decir que los avances tecnológicos conseguidos recientemente en equipos,
nueva variedad de materias primas y nuevos procesos, han transformado el sector.
Una palabra revolucionó la panadería mundial en la década de los 80, el frío. Con la
aparición del frío en los procesos de producción en la panadería, este oficio milenario ha
dado un paso gigante para adaptar sus formas de hacer y estructuras a los parámetros de
la industria contemporánea. Esta evolución, casi meteórica, se inició con la
fermentación controlada y la ultracongelación de masas, y dio su autentica vuelta de
tuerca con la aparición de la técnica del precocido, que no solo ha modificado
sustancialmente los procesos de producción, sino incluso la tradicional forma de
comercializar el pan.
Si hace sólo una década nos hubieran preguntado si era posible enviar pan no envasado
a 1000 Km. de distancia, casi con toda seguridad hubiéramos respondido que no. Hoy,
esta pregunta tiene un si categórico como respuesta. Es posible y se hace.
En la década de los 90 muchas empresas de panadería han adquirido la tecnología del
pan precocido, bien para fabricar a gran escala, bien para mejorar sus costes de
explotación, y se prevé que cientos de más lo hagan en los próximos años.
Esta fantástica evolución en el sector introduce cambios en las formas tradicionales de
hacer pan. Además, cualquier nueva tecnología exige una puesta al día permanente y
una serie de nuevos conocimientos sin los cuáles no seria posible afrontarla.
Sin embargo, no deja de ser un campo muy nuevo en lo que respecta la investigación.
Evolucionó de una forma muy positiva, sin dejar de ser un sector interesantemente
novedoso, y nos deja un campo abierto por descubrir. Poseemos la tecnología necesaria
para llegar al conocimiento que nos hace falta. Uno de los principales efectos de la automatización de procesos ha sido la saturación del
mercado, donde se ha reflejado con la aparición de pequeños puntos de venta, que se
han establecido libremente o en grandes superficies. Esto ha traído una oferta de
productos muy diversificada e incluso diversificada, con una reducción importante de
márgenes, es decir, una casuística de mercado maduro. Actualmente, los hornos ya no
se escogen más por ubicación, sino por la diferenciación y especialización que éstos
presentan. Esta especialización ha obligado a los empresarios a conocer los nuevos
procesos, la nueva maquinaria y las nuevas variedades de materias primas. Esta elección
se tiene que hacer de acuerdo con el segmento de mercado en el que quieren
posicionarse, y esto requiere un conocimiento del estado del arte de éstas tecnologías.
A pesar de parecer un proceso simple e sencillo son innumerables las variables que
intervienen a lo largo del proceso, así como factores que van a tener importancia en la
personalidad y calidad del producto final.
Influencia de las materias primas en las características finales del producto.
Existe una gama muy variada de ingredientes o materias primas en panificación, que se
utilizan según el tipo de producto y el tipo de proceso de elaboración.
Esta variedad va desde los tipos de harina hasta los aditivos. Los diferentes ingredientes
desempeñan distintos papeles en las formulaciones aplicadas y en las características que
se pretendan obtener en el producto final. Aunque parezca un factor que carece de
importancia, la calidad de las materias primas y una buena combinación entre ellas, es
de vital importancia para la calidad final del producto fabricado.
Con un breve estudio realizado sobre las materias primas se concluye que es muy
importante la acción de cada una de ellas, tanto por separado, como en el proceso de
elaboración del producto.
Es importante conocer exactamente las especificaciones de las materias primas que
queremos utilizar, teniendo en cuenta el producto que pretendemos elaborar y, de esa
manera garantizar un producto de acuerdo con las características especificadas.
Es importante también conocer la acción y el efecto de cada una de ellas, con el objeto
de hacer una selección adecuada de materias primas a utilizar en el proceso de
elaboración de cualquier producto. A veces se puede elegir una materia prima de calidad superior, sin embargo no obtener
resultados positivos, por no ser la adecuada al proceso elegido, o al producto en
cuestión.
Las materias primas elegidas influyen directamente en la calidad del producto
obtenido.
Los sabores y aromas propios de la harina y la levadura, potenciados por la sal y los
mejorantes, se perciben en los panes precocidos. La tasa de extracción y el grado de la
maduración de la harina, e incluso, la variedad de trigo utilizada, introducen diferencias
en el sabor y aroma de las masas y panes.
Respecto a la levadura, su proporción en la masa resulta un factor determinante, además
de su directa correspondencia sobre la fermentación. Contenidos superiores al 6%,
parece que potencian el “olor a fermentado” de la masa, y que permanece en la miga del
producto.
La sal tiene un papel activo en la formación del sabor del pan, inhibiendo la acción de la
lipoxígenasa, potenciando los sabores y regulando la fermentación.
Etapas del proceso de elaboración
AMASADO
El amasado es clave y decisivo en la calidad del pan. En esta etapa influirá tanto el tipo
de amasadora, la velocidad como se realiza el amasado, la duración, y la capacidad de la
cuba.
Consiste en trabajar las materias primas aplicadas, para garantizar la mezcla de las
mismas y obtener de esta forma, una masa consistente, elástica y homogénea. Una
buena masa debe estar dotada de cuerpo, flexibilidad, grado de hidratación (adecuado
según el tipo de producto), y no debe ser pegajosa.
Durante este proceso, los componentes de la harina pierden su individualidad y, junto
con los demás ingredientes, van a dotar la masa de unas características plásticas (fuerza
y equilibrio).
Para una perfecta estabilidad del gluten es necesario amasar de una forma uniforme,
aplicando la fuerza siempre en la misma dirección de una forma continuada.
El tipo de amasadora que se utiliza tiene un papel fundamental. Sin embargo, hay que
tener en cuenta factores como el recalentamiento de la masa, que está condicionado por
la velocidad y el tiempo de amasado.
Hay que tener presente: • El tipo de amasadora.
• Características de la harina.
• Características de la masa que se quiere obtener.
• Consistencia de las masas.
• Formulación.
Si se pasa el tiempo de amasado recomendado, y se sigue amasando, la masa se volverá
pegajosa y húmeda, y tendremos un sobreamasado o debilitamiento de la masa.
Consecuencias:
• Piezas con mucho volumen, pero caídas, se hunden.
• Piezas agrietadas.
• Perdida de sabor y aroma.
• Disminución de tiempo de fermentación.
La temperatura de la masa es importante tanto en equilibrio y en la fuerza de las masas
como en la fermentación.
Influye de dos formas: a partir de los 25º C va aumentando la fuerza y la tenacidad,
favoreciendo la marcha de la fermentación, y por el contrario aumenta la extensibilidad,
frena el comienzo de la fermentación y disminuye la fuerza, de forma que si es
demasiado fría, produce a la masa una gran debilidad.
La temperatura final del amasado dependerá de:
• Temperatura de las materias primas.
• Temperatura del agua.
• Temperatura ambiental.
• Recalentamiento por fricción durante el amasado.
DIVISIÓN Y BOLEADO
La división es la etapa siguiente al amasado (en el caso de que no se efectúe la
fermentación en bloque).
Esta operación consiste en dividir la masa, antes de bolearla, confiriéndole un peso en
masa, de manera que se obtenga el peso deseado en el producto final. Se procesa a través de una pesadora divisora, que es una maquina volumétrica, provista
de una tolva, donde se deposita la masa y un pistón regulable que absorbe la cantidad de
masa deseada.
El boleado es la etapa que sigue a la división. El motivo por el cual se bolea la masa es
para crear en el interior de la masa nuevas celdas, donde el gas producido por la
levadura aumentará de volumen a medida que vaya prolongándose el reposo. El trozo de
masa dividida presenta una forma irregular, un aspecto rugoso y al tacto es pegajosa. El
boleado dotará a la masa de estructura, forma esférica y superficie seca.
Las funciones del boleado son las siguientes:
• Dar fuerza a la masa.
• Reestructurar la red proteica.
• Formar una bola redonda con el fin de que posteriormente las barras sean
simétricas.
Para todo esto se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Si la masa comienza a bolearse desde el principio en la boleadora se imprimirá más
fuerza.
Cuando el proceso es continuo y no existen paradas, para que se mantenga seca la
boleadora, hay que poner una turbina adicional.
Las boleadoras de teja hay que graduarlas dependiendo del tamaño de las bolas.
Para las masas blandas la boleadora ideal es la de bandas.
En algunos procesos industriales se ha eliminado el boleado. La masa es dividida en un
pistón rectangular y una cinta realza la masa y la forma. El reposo se realiza en
cangilones alargados, ya que facilitan el formado de las baguetes.
Después del boleado, la masa vuelve a coger fuerza y seria difícil y perjudicial para el
pan. El reposo de la masa una vez amasada o dividida, permite aportar las cualidades
plásticas necesarias que permiten dividirla o darle forma.
Existen dos modalidades de reposo: cuando se reposa en recipiente (fermentación en
masa) y cuando se ha dividido inmediatamente después del amasado (reposo de la bola).
La influencia del reposo en bolas está directamente relacionada con la temperatura de la
masa y del obrador, la hidratación de la masa y la textura del pan. Para una buena maquinabilidad de la masa, es necesario un tiempo de reposo que irá de
3 a 10 minutos.
La acción del reposo en bolas en las masas es la siguiente:
• Mayor tolerancia de la masa.
• Mayor volumen.
• Mayor alveolado.
• Aumento del sabor y aroma.
• Mejora la maquinabilidad.
FORMADO
Esta etapa tiene bastante importancia en el proceso de elaboración. Una vez se ha
conseguido la elasticidad y extensibilidad conveniente durante el reposo, la masa estará
en condiciones de ser estirada por los diferentes rodillos de presión para hacer el
llamado "barrote", y seguidamente hacer otro reposo entre 5 y 7 minutos, para después
entrar en las tablas de alargamiento de barras, sin que la masa sufra desgarramientos.
La obtención de buenos resultados depende de:
Las condiciones en las que la masa llega a la formadora.
El tipo de maquina utilizada.
La graduación de la formadora.
Para la elección de la formadora se deberá tener en cuenta:
La consistencia de la masa. Las masas duras con poco reposo soportan una mayor
presión de los rodillos en el enrollado y en el alargamiento. Mientras que en las masas
blandas, con mas reposo y con mas fuerza, hay que realizar un formado más suave.
Grado de gasificación. El volumen de gasificación de la bola estará condicionado por la
temperatura de la masa, de la cantidad de levadura y del tiempo de reposo; de manera
que cuando la masa está muy gasificada el formado hay que hacerlo muy flojo y cuando
la masa está poco gasificada hay que hacerlo más apretado.
La temperatura de la masa y del obrador. Si la temperatura del obrador no es la
adecuada, si es muy elevada, aunque al final del amasado tengamos la masa con la
temperatura ideal (22, 23º C), la masa sufrirá las consecuencias de la temperatura del
obrador, ya que mientras se divide y reposa la masa, esta tiende a aumentar la temperatura. Sin embargo si la temperatura del obrador está entre los 17º y los 19º C
(aprox.) la masa no aumentará su temperatura, facilitando el formado.
El tamaño de los pastones. Si el peso de la masa es de 250 g y la longitud de la barra 60
cm, las condiciones son bien distintas a cuando el peso y la longitud son menores. En
las piezas pequeñas el formado ha de ser más apretado y en las piezas grandes ha de ser
más suave y progresivo.
FERMENTACIÓN:
En esta etapa ocurren una serie de reacciones bioquímicas que conducen a la formación
de etanol y dióxido de carbono, y fermentaciones secundarias que son responsables por
el aroma y el sabor final del pan.
El pH tiene una repercusión directa sobre el curso de la fermentación. Se ha observado
que la levadura es un factor importante para estabilizar el pH de la masa y que la
máxima formación de gas se tiene para valores de pH entre 4 a 5.5.
Durante la fermentación todas las vías fermentativas van equilibradas entre masas que
tengan un pH entre 5 y 5.5. Al final del amasado tan importante es comprobar la
temperatura como el pH, que debe estar entre 4.5 y 5.1. El pan final (al igual que en la
fermentación) no debe pasar de pH 6, porque de esta manera se facilita el desarrollo del
Bacillus subtilis responsable del ahilamiento en el pan. Además controlando el pH
podemos controlar la cantidad de masa madre a añadir, de forma que siempre sea igual.
En una primera fase, y en el curso del amasado, la levadura ya degrada los azúcares más
simples (glucosa y fructosa) que encuentra en la harina.
De la utilización de estos azúcares resulta el inicio de la producción del gas. Después, se
degradan los azúcares complejos, convirtiéndoles en azúcares simples, por acción de
las enzimas.
La tercera y ultima parte de degradación es la más larga y compleja, y en ella
intervienen numerosos enzimas.
El CO2 contribuye al esponjamiento de la masa, la producción de CO2 comienza
lentamente para acelerarse al final de la fermentación.
Producción de aromas
El alcohol formado, la bajada de pH, el conjunto de metabolitos provenientes de las
fermentaciones secundarias, participan directamente como precursores, en el desarrollo del sabor y de los aromas. Fermentaciones largas, temperaturas de las masas más bien
bajas, dosis de levadura razonables, contribuyen a la elaboración de un pan de
excelentes cualidades organolépticas. A condición, bien entendido, de que la masa no
haya sido sometida a una oxigenación demasiado importante, ligada al amasado
intensivo y a la presencia de harinas de haba, de soja.
Reología de la masa
Independientemente de las modificaciones físicas que padece durante las primeras
etapas, la masa ve transformar las propiedades viscoelásticas a lo largo de la
fermentación.
El comportamiento reologico de la masa está condicionado esencialmente por la calidad
del gluten, aunque también por los otros ingredientes, los tiempos y las temperaturas
que intervienen. Las dos proteínas que forman el gluten proporcionan la viscosidad y
elasticidad. El panadero lo aprecia en la fuerza y en el equilibrio, de tal forma que si
durante la fermentación la masa es débil y extensible será debido a la falta de fuerza, y
cuando la fermentación de la pieza se desarrolle muy redonda con el gluten tenso, será
por el contrario una masa fuerte y resistente al esponjamiento, lo que conlleva
distensiones en el alveolado, produciendo panes redondeados, barras arqueadas y con
poca greña.
Los efectos de la producción de CO2
El CO2 producido a lo largo de la fermentación, es retenido en el interior de la masa,
formando alvéolos mantenidos por la red de gluten. En el momento de la cocción, el
gluten se coagula, mientras que el almidón se hincha aumentando de volumen,
formando así un engrudo. El pan toma definitivamente la estructura alveolada que le da
la expansión del CO2.
La expansión del gas y del alveolado en el momento de hornear y en los minutos
siguientes, condicionan el buen desarrollo del pan.
A medida que transcurre la fermentación, la masa sufre un crecimiento bajo la acción de
la expansión de gas.
Factores que influyen en la fermentación
Factores referentes a materias primas: Harina – la actividad enzimática de las harinas varía según la naturaleza del trigo, de
las condiciones de recolección, de la tasa de extracción, así como de la granulación y,
sobre todo, de la cantidad de granos dañados durante la molturación. Asimismo, los
trigos recolectados en periodos húmedos, tienen tendencia a germinar, elevándose de
esa manera su contenido en amilasas. La calidad del gluten es un factor importante para
la obtención de un buen pan. Un gluten de calidad y elástico, permite un buen
desarrollo. Un gluten de mala calidad no se estirará suficientemente, volviéndose
rápidamente poroso, dejando escapar el gas producido durante la fermentación.
Levadura – la cantidad de levadura tiene una acción directa sobre la actividad de la
fermentación. La calidad interviene, igualmente, en la capacidad de producción de gas.
El estado de conservación debe de ser perfecto, de lo contrario, la fermentación sufrirá
defectos, obteniéndose panes sin volumen y pesados.
Sal – la sal añadida a la masa, en una dosis correcta, actuará directamente sobre el sabor
del pan, si por el contrario, ésta se añade en exceso, transfigurará el sabor en el pan y la
fermentación será lenta; si ésta está en defecto la fermentación se acelera.
Factores propios de la masa
Hidratación – una hidratación insuficiente en las masas, frena el desarrollo de la
fermentación, por el contrario, las masas blandas se aceleran.
Temperatura – la fermentación es extremadamente sensible a la temperatura del
medio. Su actividad aumenta a medida que se eleva la temperatura de la masa. La
temperatura óptima de la masa se sitúa, en general, a 25º C.
El pH – la masa es por su naturaleza una masa ácida, y la acidez aumenta ligeramente a
lo largo de la fermentación. Un exceso de acidez produce un aumento excesivo de la
fuerza. Por el contrario, si hay falta de acidez, corremos el riesgo de que actúe el
Bacillus mesentéricos produciendo la enfermedad viscosa del pan o el ahilamiento. La
acidez óptima de la masa, a su entrada al horno, deberá ser alrededor de 5.5.
Factores externos
Temperatura ambiente – la temperatura ambiente, así como la de la cámara de
fermentación, actúan sobre la temperatura de la masa y, por consiguiente, sobre el
desarrollo de la fermentación.
Humedad – la humedad tiene una gran importancia sobre las cualidades plásticas de las
masas en el desarrollo de la fermentación. Un exceso de humedad produce masas pegajosas, y una falta de humedad provoca la deshidratación de la capa externa en las
masas, lo que la hace poco extensible para que se desarrolle la fermentación con
normalidad.
No todo el gas que se produce durante la fermentación permanece retenido en el seno
de la masa, pues parte se escapa al exterior.
La masa retendrá mayor o menor cantidad de gas según sus cualidades plásticas. El
fenómeno de retención de gas por la masa es, por consiguiente, totalmente
independiente de la producción de gas. El gas se produce inexorablemente, siendo parte
del mismo retenido y parte no retenido.
Esta aptitud se determina mediante aparatos que miden la cantidad de CO2 producido
durante la fase fermentativa de la masa.
CORTE
Partiendo de la base que todas las etapas anteriores a esta se han desarrollado
correctamente, el corte del pan será el de la imagen definitiva del producto. El aspecto
más importante de esta etapa es la regulación de la expansión de los gases y la
canalización de la greña. Las incisiones en la masa provocan que la zona que queda al
descubierto tarde más en endurecerse, permitiendo el empuje del CO2. En definitiva,
esta expansión queda regulada por las incisiones, originándose la greña.
Factores que hay que tener en cuenta en el corte del pan:
En la barra de pan común y en la baguette los cortes han de ser suaves y superficiales,
teniendo en cuenta que si el pan está menos fermentado tolera cortes más profundos que
cuando tiene mayor volumen.
Los cortes han de ser verticales, o ligeramente inclinados para que, de esta forma, la
expansión separe lentamente la pestaña o greña y el interior del corte se mantenga más
tiempo húmedo y elástico.
Los cortes han de ser largos.
Las incisiones deben ser inclinadas y simétricas al eje principal de la barra.
PRECOCCIÓN
Una vez que el pan ha fermentado y, teniendo en cuenta que el volumen final ha de ser
ligeramente inferior al proceso tradicional, se llega a la precocción o primera cocción. El tiempo de precocción es aproximadamente un 45% del total y la temperatura
aproximadamente 30º C menos que en el proceso tradicional, o normal.
La temperatura y el tiempo de precocción son dos parámetros fundamentales y están
ligados entre si: con una temperatura alta el tiempo de precocción ha de ser menor,
mientras que con una baja temperatura se aumenta el tiempo de precocción.
La temperatura de la precocción ha de ser siempre inferior a la temperatura de cocción
final o total, en los procesos normales.
Al introducir el pan en el horno e imprimir el vapor, éste se deposita sobre la superficie
de la masa condensándose. El calor del horno debilita la masa, al mismo tiempo que el
vapor se fija, retrasando por un corto periodo de tiempo la formación de la corteza.
El calor del horno debilita la masa, al mismo tiempo que el vapor se fija, retrasando por
un corto periodo de tiempo la formación de la corteza. En esta primera fase, entre 40 a
54º C, se acelera la acción fermentativa, aumentando el volumen del pan. El intervalo
de temperatura entre 40 y 70º C acelera la actividad enzimática y es de vital importancia
para la gelificación del almidón, lo que repercutirá en la estructura de la miga, en la
consistencia y en la conservación del pan, de tal forma, que cuanto más tarde en
gelificar el almidón, más se prolongará la actividad enzimática.
A los cinco, seis minutos de la precocción, la temperatura del horno ya debe estar
estabilizada a la temperatura programada, comenzando entonces a formarse una ligera
corteza, cuyo retraso se verá favorecido por el vapor; se va produciendo la greña, el
almidón se hincha, el alcohol se volatiliza y el dióxido de carbono se libera. A los 100º
C empieza a evaporarse el agua de la masa produciéndose el vapor secundario, lo que
permite mantener el pan con un grado de humedad suficiente para que no se deseque
demasiado.
Alcanzados los 130º C prosigue la formación de la corteza, y aparece el color si la
temperatura supera los 160º-190º C (dependiendo del tipo de horno utilizado), como
consecuencia de la reacción de Maillard. El tiempo total de precocción no debe superar
los 15 minutos.
Se considera completa la precocción cuando el interior de la pieza alcanza los 80º, 85º
C.
COCCIÓNLa cocción es una parte esencial en la elaboración del producto. Cualquiera que sea el
tipo de horno, la cocción se realizará siempre entre 180º C y 250º C en una atmósfera
rica en vapor.
Transformación de una masa en pan por la acción del calor. La cantidad de calor
necesaria para la cocción, está destinada principalmente a la evaporación de una
fracción importante de agua contenida en la masa. La cocción del pan se origina desde
el exterior hasta el interior mediante el calor que se difunde por conducción a través de
la corteza. Durante la cocción intervienen distintos fenómenos:
Es el final de la subida y crecimiento de la masa por la fuerza del CO2 formado y
dilatado por el calor.
Liberación del almidón y después coagulación del mismo, que se gelifica.
Caramelización de los azúcares, lo que da color a la costra.
El tiempo de cocción y la temperatura dependerá de varios factores como el volumen de
las piezas y la cantidad de azúcar en la masa (formulación).
La cocción se considera completa cuando alcanza en su interior los 99º C, que estarán
en función del tamaño de la pieza y de la temperatura del horno.
Para conseguir una buena cocción es necesario lograr una miga cocida a punto y una
costra con buen color.
Los panes calientes siguen perdiendo vapor de agua durante el enfriamiento. El vapor
contenido en el interior del pan se evapora, ablandando la costra.
Función del vapor
El papel que juega el vapor es importante e influye en la cocción de los panes. El vapor
ablanda la costra del pan, retrasa su bloqueo y favorece así la subida del CO2, con lo
que se logra una mejor subida del pan. También facilita la Caramelización de los
azúcares, dando un mejor color al pan.
Evita que el pan se reseque antes y durante la cocción (menor pérdida de peso y
endurecimiento demasiado rápido)
Falta de vapor:
• Costra espesa
• Falta de subida
• Aspecto mate • Surcos o greñas deshilachados
Demasiado vapor
• Los surcos o greñas se han pegado por exceso de vapor de agua.
• Los surcos o greñas no crecen.
• Costra demasiado fina
• Riesgo de aplastamiento de los panes después de la cocción.
No todos los panes requieren la misma cantidad de vapor. La cantidad de vapor
inyectado en el horno está también en función del número o volumen de la masa
horneada, ya que durante la cocción los panes desprenderán vapor de agua, que se
añadirá al vapor inyectado.
ENFRIAMIENTO Y RESUDADO
A la salida del horno y durante el enfriamiento del pan, una pequeña cantidad de agua
en estado de vapor, del dióxido de carbono y de compuestos aromáticos, se difunden a
través de la corteza: es el periodo de resudado, que dura alrededor de dos horas.
Después del enfriado las características del pan evolucionan hacia a lo que
denominamos endurecimiento, fenómeno totalmente independiente de la deshidratación.
A lo largo de este proceso, los productos de aroma y sabor de la corteza, difunden hacia
la miga y viceversa, produciendo una alteración de sabor. Esta alteración, sin embargo,
no resulta únicamente de la difusión, ya que muchos compuestos pueden ser
transformados por oxidación, o incluso ser involucrados en complejos con el almidón,
escapando por tanto a la percepción olfativa y gustativa. Esta formación de complejos es
probablemente preponderante y reversible, ya que el pan recalentado recupera, al menos
parcialmente, sus características de pan fresco. Estos cambios son acompañados de
modificaciones de las características del pan: la corteza brillante, firme y crujiente se
vuelve apagada y flexible; la miga translúcida, tenaz y flexible, pasa a apagada, opaca,
dura y friable.
Una vez que el pan sale del horno y antes de proceder a las siguientes manipulaciones,
ya sea para congelar o envasar, el pan debe enfriarse durante 30 o 40 minutos, tiempo
necesario para que la temperatura interior descienda hasta los 30º C. En el caso del envasado en atmósfera modificada, la temperatura interna debe descender
hasta los 20º C. En el caso de que no se respete este parámetro, se corre el riesgo de que
haya condensaciones de vapor en el interior del envase.
En el caso de congelación, si no se respeta el parámetro mencionado, se disparan los
costes de congelación y disminuye la capacidad de los equipos de frío.
En el caso del envasado en atmósfera modificada, las condiciones de limpieza del
recinto de enfriamiento, debe ser exhaustiva.
En cualquier de los casos hay que disponer de un recinto de enfriamiento independiente
del obrador y de la zona de hornos, que se mantenga a una temperatura de entre 18º y
25º C, con extracción de calor y humedad.
Si el tiempo de enfriamiento es muy prolongado, y el pan esta expuesto a corrientes de
aire, se puede producir una desecación y un envejecimiento progresivo que afecta la
calidad final del producto.
Breve conclusión
Todas las etapas están ligadas entre si, y tienen importancia en la calidad del producto
que se obtiene. Sin embargo, las que toman mayor relieve son el amasado y la
fermentación, porque de estas dos depende totalmente la calidad del producto final.
La hidratación de la harina desata múltiples acciones enzimáticas, que originan
sustancias implicadas en la formación de aromas. Una de éstas, la lipoxígenasa natural
del trigo, contribuye a este fin cuando su actividad es moderada. Por el contrario,
cuando la actividad se potencia (sea por la adición de lipoxígenasa de soja, o por
intensificación del amasado, haciéndolo más rápido y durante más tiempo), tiene efectos
muy negativos: migas blanqueadas e insípidas. Evitar la sobre oxigenación de la masa,
ajustando intensidad y tiempo de amasado, favorecerá el buen aroma y sabor de la miga.
La influencia de la fermentación es la más notable en el desarrollo del aroma y sabor del
producto. Existen diferencias fácilmente perceptibles entre la fermentación con levadura
natural y la realizada con levadura industrial. También existen diferencias entre los
procesos con prefermentación antes de la división y los que solo tienen fermentación en
pieza. Dentro de un mismo sistema, los factores a considerar son: el tipo de harina; la
cantidad de levadura; la temperatura de fermentación y la duración de la misma; más
tiempo de fermentación, en condiciones controladas, mejora el aroma y el sabor de los
productos, y prolonga su conservación. Congelación de la masa
La congelación de los productos cocidos derivados de los cereales, ha sido utilizada
tanto como la refrigeración de las masas. Una de las razones mas importantes que han
frenado el desarrollo de su empleo, reside en el elevado coste de la inversión en equipos
y de la energía consumida, difícilmente amortizable en la panadería artesanal.
Las panaderías industriales bloquean la fermentación panaria mediante la congelación
de las masas. El desarrollo de esta técnica contribuye a la intensificación de la
industrialización en este sector.
Congelar una masa de pan, cruda no fermentada, es en esencia, aplicar frío negativo a
células vivas dispersas en una masa hidratada en torno a 45% – 60%.
Su conducción es fundamental, si se desea que el pastón sea rápidamente ultra
congelado en profundidad, sin que su temperatura superficial haya sido reducida
violentamente a fin de no correr riesgos de destrucción de las células de levadura. Por
eso, se regula la temperatura del congelador y el tiempo de estancia del pastón, en
función de su peso, de modo a que la temperatura en el centro no descienda por debajo
de – 10º C y que la superficie esté en torno a – 20º C. El margen de tolerancia es muy
bajo, lo que hace difícil el control de los equipos descontinuos.
Diagrama de flujo
Amasado
División
Boleado
Reposo
Formado
⇓Ultra congelación
Conservación
Transporte
Conservación
Fermentación
Corte
Cocción
Pan Precocido ultra congelado
Pan fermentado y parcialmente cocido que se termina de hacer en la panadería o
en casa. Igual que el pan ultra congelado en masa tiene la comodidad de disponer
de pan recién hecho en cualquier momento. Le permite incluso al consumidor
elaborar su propio pan en casa, una vez que se puede encontrar en los
supermercados.
La congelación del pan precocido se efectúa inmediatamente después del
enfriamiento. Si la cocción final se efectúa sin descongelación previa, se obtienen
mejores resultados. El proceso se aplica sobre todo a los productos de formato
reducido, panecillos y baguette.
Como en el caso de los pastones congelados, los panes precocidos sufren una
deshidratación superficial, perjudicial al aspecto exterior tras la cocción definitiva.
La ventaja de la utilización de esta técnica, es que permite ofrecer al consumidor
pan fresco, de acuerdo con su demanda, sin la necesidad de tener en el punto de
venta, ni grandes inversiones, ni tampoco grandes conocimientos técnicos. Sin
embargo, el almacenamiento requiere un volumen importante. Existe un número de principios esenciales para la congelación de pan en buenas
condiciones. Es obligatorio franquear rápidamente el umbral de temperaturas de –
3º C a + 5º C, situando los panes a temperaturas inferiores a – 30º C y sin
sobrecarga de la cámara frigorífica, de manera a que el aire frío pueda circular
fácilmente. Se debe introducir el pan en el congelador cuando haya alcanzado
entre 25º C – 30º C. La velocidad de congelación varia en función del tamaño de
las piezas. La temperatura de la cámara debe permanecer estable y homogénea a
fin de evitar transferencia de vapor de agua y condensaciones en forma de hielo en
la superficie del pan, que tiene como consecuencia, el desprendimiento de la
corteza y de la miga, durante la descongelación.
La descongelación del pan ultra congelado es tan delicada como la congelación.
Respeto al pan precocido ultra congelado, la descongelación debe ser realizada en
simultáneo con la cocción final, es decir, se coge el pan y se termina de cocer sin
descongelarlo previamente.
Diagrama de flujo
Amasado
División
Boleado
Reposo
Formado
Fermentación
Corte
Precocción
⇓Ultra Congelación
Pan precocido envasado en atmósfera modificada.
Pan fermentado y parcialmente cocido que se envasa en atmósfera modificada. Se
produce tanto en cantidades industriales para las panaderías donde se termina de
cocer, como para el ama de casa, para que lo haga en casa. Para elaborarlo
correctamente hay que leer con atención las etiquetas con las instrucciones para su
elaboración. Normalmente para consumirlo se debe humedecer y calentar al horno
a la temperatura indicada en el envase. Es un producto que busca una calidad
similar al pan tradicional, que se conserva entre 2 y 4 meses en el envase, en las
condiciones indicadas.
Diagrama de flujo
Amasado
División
Boleado
Reposo
Formado
Fermentación
Corte
⇓Precocción
Envasado AM

domingo, 31 de julio de 2011

Conservación de alimentos A modo de introducción

A modo de introducción

Actualmente, la congelación, el enlatado y otras técnicas de conservación de alimentos hacen posible que la comida pueda ser preservada durante mucho más tiempo y transportada mucho más lejos.

La mayor parte de lo que comemos y bebemos tiene días, semanas, meses e incluso años. Se han ideado diversos métodos para conservar los alimentos y que permanezcan en condiciones de ser ingeridos.

Algunos de estos métodos se han usado desde la antigüedad, otros son recientes avances de la ciencia y de la tecnología. Hasta el siglo XIX no se conocían muchos métodos para conservar los alimentos.

La carne se salaba o se ahumaba y algunas verduras se conservaban en vinagre.

Por ejemplo, el recubrimiento con abundante sal es uno de los métodos más antiguos para conservar el pescado. La sal dificulta el crecimiento de las bacterias. Antes de su consumo, el pescado debe ser desalado, poniéndolo en remojo.

En 1803 un granjero de Maryland inventó la primera hielera. A partir de entonces se extrajo hielo de los lagos cada invierno.

Los hogares norteamericanos lo usaban a diario e incluso lo exportaban a otros países.

La primera máquina para fabricar hielo se construyó en Australia en 1855, lo cual abarató mucho el producto.

El refrigerador moderno tiene mucho que decir en este punto, y conviene dar un vistazo a su historia. (VerRefrigerador: Una historia helada).

En 1810, el francés Nicolas Appert inventó una manera de conservar los alimentos al calentarlos en un recipiente de cristal y sellar su parte superior con un corcho.

Más tarde, Peter Durand desarrolló la idea y en 1811 produjo la primera comida enlatada.

Corría 1860 cuando Luis Pasteur descubrió que al calentar el vino a unos 70 grados morían las bacterias que lo hacían avinagrarse. Esa fue la técnica que empezó a usarse (pasteurización) para tratar la leche.

Pasemos ahora a revisar el tema con mayor profundidad.

¿Por qué se descomponen los alimentos?

Los alimentos cuando entran en contacto con el aire, después de un tiempo, se alteran y cambian de aspecto, olor y sabor. Así, la carne se pudre, las frutas frescas fermentan y el pan toma un color oscuro verdoso. Para evitar que esto suceda, se deben guardar y proteger a fin de que duren más tiempo, no pierdan su valor nutritivo y no tengan que ser desechados.

Los alimentos se descomponen y se pudren por dos tipos de causas: por fenómenos vitales o por fenómenos no vitales. Los principales causantes de la descomposición por fenómenos vitales son los microorganismos (como las bacterias del medio ambiente y los parásitos de los propios alimentos) y las enzimas presentes en los alimentos. Los enzimas son compuestos de tipo biológico gracias a las cuales se catalizan reacciones químicas específicas. Los microorganismos y las enzimas producen la descomposición interviniendo en procesos físicos y químicos de transformación de las sustancias que componen los alimentos.

Pero los alimentos se alteran también por procesos no vitales. Entre las causas de esto pueden citarse: los excesos de temperatura, la humedad, la luz, el oxígeno o simplemente el tiempo. Todos estos factores provocan diversos cambios físicos y químicos, que se manifiestan por alteraciones del color, olor, sabor, consistencia o textura de los alimentos.

¿Se puede evitar que se deterioren los alimentos?

conservas001

Anteriormente se mencionaron como principales causas de la alteración de los alimentos, los microorganismos y las propias enzimas de los alimentos como responsables de los fenómenos vitales. Para que ocurran estos fenómenos se necesitan ciertas condiciones apropiadas: acceso del aire, humedad y temperatura. Así pues, para impedir que estos indeseables fenómenos vitales se produzcan, se debe eliminar el aire, el agua y el calor excesivos.

Los métodos que impiden que los agentes biológicos alteren los alimentos se llaman Métodos Indirectos de Conservación.

Entre otros métos indirectos tenemos el envasado al vacío (impide el contacto con el aire), la deshidratación (elimina el agua), la refrigeración y la congelación (evitan la proliferación de microorganismos).

Los métodos indirectos de conservación impiden la actuación de los microorganismos y las enzimas, pero en general estos métodos no destruyen todos los microorganismos y enzimas de los alimentos. Para destruirlos hay que recurrir a los Métodos Directos de Conservación.

Los métodos directos de conservación

Entre estos métodos se encuentran la esterilización por calor, la pasteurización y el empleo de aditivos.

¿Qué son las conservas?

Es un mecanismo de conservación indirecto en el que se usa como envase el vidrio o la hojalata fundamentalmente y permite aislar el alimento para preservarlo de la contaminación y evitar fenómenos oxidativos.

Los alimentos en conserva deben mantener un aspecto, sabor y textura apetitosos así como su valor nutritivo original.

No hay ningún método de conservación que ofrezca protección frente a todos los riesgos posibles durante un periodo ilimitado de tiempo.

¿Cuándo se empiezan a conservar los alimentos?

Desde la prehistoria surge la idea o necesidad de conservar para el futuro los alimentos de los que se dispone en gran cantidad en un momento dado.

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Por ejemplo, el día que se caza un ciervo, todos comen carne hasta hartarse, pero a lo mejor pasa un mes antes de que puedan obtener otra presa. Mientras tanto, la carne de ciervo se estropeará por la acción de las larvas de moscas y bacterias de la putrefacción.

La conservación implica el mantenimiento de las cualidades nutritivas del alimento durante bastante tiempo; a menudo meses e incluso años.

¿Cómo se empiezan a conservar los alimentos?

La primera técnica desarrollada por el hombre primitivo fue probablemente la desecación y la deshidratación.

Otro gran descubrimiento fue el de los efectos del calor (cocidos, asados). El calor deshidrata, pero tiene además otros efectos, tanto por el humo como por las transformaciones que induce en los alimentos.

La conservación por frío también data de la prehistoria y se ha ido progresando hasta conseguir la congelación gracias a las cámaras de refrigeración.

Existen dos técnicas principales de conservación de los alimentos:

Conservación por calor y conservación por frío.

¿Qué es la conservación por calor?

Su fin es la destrucción total de gérmenes patógenos y sus esporas. Las técnicas utilizadas para ello son: la pasteurización y la esterilización o uperización.

¿Qué es la pasteurización?

Consiste en calentar el alimento a 72º C durante 15 ó 20 segundos y enfriarlo rápidamente a 4º C. Este tipo de procedimiento se utiliza sobre todo en la leche y en bebidas aromatizadas con leche, así como en zumos de frutas, cervezas, y algunas pastas de queso. Estos productos se envasan en cartón parafinado o plastificado y en botellas de vidrio.

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Los alimentos pasteurizados se conservan sólo unos días ya que aunque los gérmenes patógenos se destruyen, se siguen produciendo modificaciones físicas y bacteriológicas.

¿Qué es la esterilización?

Consiste en colocar el alimento en recipiente cerrado y someterlo a elevada temperatura durante bastante tiempo, para asegurar la destrucción de todos los gérmenes y enzimas. Cuanto más alta sea la temperatura de esterilización menor será el tiempo. A 140º C el proceso dura solamente unos segundos.

El valor nutritivo de las conservas, debido a las condiciones de fabricación y el reducido tiempo de calor, es bastante óptimo, ya que no existe alteración de proteínas, carbohidratos ni lípidos. La vitamina C de las verduras se conserva en más del 50 por ciento y en el 95 por ciento en las frutas y zumos de frutas.

Las vitaminas del grupo B se preservan en el 80 por ciento y las vitaminas liposolubles A, D, E y K, sensibles a la luz y al aire, quedan protegidas en los recipientes opacos y herméticos (los envases de vidrio, debido a que dejan pasar los rayos ultravioletas, perjudican a las vitaminas en su conjunto).

¿Qué es la uperización?

En la uperización o procedimiento UHT, la temperatura sube hasta 150º C por inyección de vapor saturado o seco durante 1 ó 2 segundos produciendo la destrucción total de bacterias y sus esporas. Después pasa por un proceso de fuerte enfriamiento a 4º C, el líquido esterilizado se puede conservar, teóricamente durante un largo periodo de tiempo. La fecha límite de uso es de meses, ya que se pueden producir alteraciones en el interior del embalaje. Este método se utiliza sobre todo con la leche natural.

Las pérdidas vitamínicas son mínimas: menos del 10 por ciento para las vitaminas C y B1 y menos del 20 por ciento para la vitamina B2. El valor biológico de las proteínas no disminuye.

Los aditivos

Tanto los procesos vitales y como los no vitales pueden evitarse añadiendo ciertos productos químicos denominados aditivos. Estos aditivos pueden tener distintas misiones:

a) eliminar los microorganismos (antibióticos);

b) evitar que los microorganismos se multipliquen o proliferen (inhibidores);

c) evitar alteraciones por oxidación (antioxidantes), entre otros. Cada país tiene una reglamentación alimentaria estricta para regular el empleo de aditivos y asegurar que éstos no sean nocivos para el consumidor.

Para conservar los alimentos a temperaturas bajas se emplean dos técnicas:

La refrigeración y la congelación.

¿Qué es la refrigeración?

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Consiste en conservar los alimentos a baja temperatura, pero superior a 0º C. A ésta temperatura el desarrollo de microorganismos disminuye o no se produce pero los gérmenes están vivos y empiezan a multiplicarse desde que se calienta el alimento.

La refrigeración es sistemática en la leche y frecuente en verduras y frutas (durante las 24 horas siguientes a su recolección), las frutas y verduras se almacenan a temperaturas que oscilan entre los 0º C y 12º C. La carne se guarda en cámara fría durante cinco días por lo menos.

La refrigeración doméstica se hace a temperaturas que van desde 2º C (parte superior del refrigerador) a 8º C (caja de verduras y contrapuerta).

La conservación es limitada, según los productos y el embalaje por ejemplo:

Pescado fresco = 1 día.

Pescado cocido, carne cocida y restos varios = de 1 a 2 días.

Leche pasteurizada o esterilizada, previamente abierta, verdura cocida y postres caseros = de 2 a 3 días.

Carne cruda = de 4 a 5 días.

Verdura cruda = 1 semana.

Huevos = 3 semanas.

Nata fresca, yogur, queso fresco, margarina, mantequilla, llevan generalmente fecha de caducidad (día y mes).

Los alimentos más delicados, como carne o pescado se deben conservar en la parte alta del refrigerador.

¿Qué es la congelación?

Consiste en bajar la temperatura a – 20º C en el núcleo del alimento, para que no pueda haber posibilidad de desarrollo microbiano y limitar la acción de la mayoría de las reacciones químicas y enzimáticas.

La temperatura con la que se congela el alimento oscila entre –40º C y –50º C, seguidamente se almacena a –18º C, temperatura que se debe mantener hasta el momento de cocción.

La congelación se considera como una de las mejores técnicas de conservación.

Si el alimento fresco está en buen estado y el escaldado (introducir en agua hirviendo el alimento a temperatura superior o igual a 100º C) se ha hecho en buenas condiciones, el producto congelado será de buena calidad siempre que se conserve durante un tiempo razonable a temperatura adecuada.

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Si el alimento pasa varios meses en el congelador, el contenido en vitaminas tiende a disminuir y las grasas a hacerse rancias.

Para que no se modifique el valor nutricional del alimento congelado, es muy importante que la descongelación se haga adecuadamente, es decir, debe ser muy rápida (el microondas garantiza al máximo este proceso) y siempre que sea posible, se debe cocer el alimento sin descongelar o bien descongelar en la nevera.

Para descongelar piezas grandes de carne o pescado que necesitan horas, se debe poner el alimento en una rejilla para evitar el contacto con el líquido que suelta ya que es un excelente caldo de cultivo para los microorganismos.

Existen otras técnicas como: la liofilización, la deshidratación y la irradiación.

¿Qué es la liofilización?

Es un método de conservación de alimentos en el cual se los deseca mediante el vacío.

Este procedimiento se utiliza sobre todo en la leche infantil, sopas, café, infusiones.

Después de una rehidratación, su valor nutritivo y sus cualidades organolépticas son prácticamente las mismas que las del alimento fresco. El alimento liofilizado sólo tiene un dos por ciento de agua.

¿Qué es la deshidratación?

Consiste en eliminar al máximo el agua que contiene el alimento, bien de una forma natural (cereales, legumbres) o bien por la acción de la mano del hombre en la que se ejecuta la transformación por desecación simple al sol (pescado, frutas...) o por medio de una corriente a gran velocidad de aire caliente (productos de disolución instantánea, como leche, café, té, chocolate).

¿Cómo se deben utilizar las conservas?

Se debe evitar el aclarado de los alimentos en conserva, ya que esto conlleva una pérdida de los minerales que hay en el líquido de conserva.

El líquido de la conserva contiene sales minerales y vitaminas. Salvo contraindicación, se puede añadir a una salsa o sopa.

No se debe recocer un alimento en conserva, es suficiente recalentarlo poco tiempo.

Una conserva abierta se estropea rápidamente como cualquier alimento ya cocido, es necesario consumirla pronto.

Cuando no se utiliza todo el producto, se transvasará el resto a otro recipiente y se guardará en lugar fresco, tapado y al abrigo de la luz.

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Las conservas envasadas en vidrio, no son de mejor calidad (aunque si suelen ser más caras) ya que están empobrecidas en vitaminas por estar alteradas por la luz.

Las conservas deben guardarse en lugar fresco. La cantidad de vitamina B disminuye rápidamente si la leche se guarda a temperatura ambiente.

No deben comprarse latas oxidadas o abolladas: pueden tener fisuras o contaminación interna.

Limpiar la tapa de las latas antes de abrir y también el abrelatas. El sonido que se produce al abrirlas, como un soplido, es normal, ya que se han llenado calientes al vacío, y al abrirlas, el vacío aspira el aire.

Las semiconservas, de conservación limitada, deben llevar en la etiqueta "guardar en frío" y la fecha de consumo preferente expresada por el mes y el año. Se trata de algunas cremas o pastas para untar, mantequilla, margarinas, etc.

¿Alimentos frescos o alimentos conservados?

Son muchos los que opinan que cuando se compran alimentos frescos y se cocinan, todos sus nutrientes se conservan; pero cuando los mismos alimentos pasan por un proceso industrial de conservación, los nutrientes quedan destruidos en gran parte o del todo. Esta creencia es falsa. En realidad, desde el punto de vista nutritivo, no hay ninguna diferencia significativa entre las comidas elaboradas en casa con alimentos frescos y las realizadas con alimentos conservados.

Algunas pérdidas de nutrientes son inevitables. Muchos procesos de preparación de comidas, sean domésticos o industriales, suponen aplicación de calor o tratamiento con agua. En ambos casos se produce alguna pérdida de nutrientes. Si ocurren pérdidas durante el procesado industrial de alimentos, esto de igual manera se producirá inevitablemente al cocinar los alimentos en casa.

Con frecuencia ocurre precisamente lo contrario: que los alimentos procesados industrialmente superan en algún aspecto a los alimentos frescos. Además, algunas industrias enriquecen los alimentos añadiéndoles vitaminas y elementos minerales. No obstante, los aditivos químicos para mantener los alimentos en buen estado pueden ser perjudiciales para la salud.

Recuerda: Sólo podemos disponer de algunos alimentos frescos durante un período de tiempo limitado. Si no se recurre a algún método de conservación, son pocos los alimentos frescos que se pueden almacenar o transportar.

Mecanismos o modalidades para la conservación de alimentos

Mecanismos empleados para proteger a los alimentos contra los microbios y otros agentes responsables de su deterioro para permitir su futuro consumo.

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Conservación por enlatados

En los enlatados se realiza una esterilización porque el tratamiento por calor al que se somete a los alimentos elimina todos los microorganismos que pueden echarlos a perder, así como aquellos que pueden ser perjudiciales para la salud como las bacterias patógenas y aquellas que producen toxinas letales.

La mayoría de las operaciones de enlatado comercial se basan en el principio de que la destrucción de bacterias se decuplica por cada 10° C de incremento en la temperatura. Los alimentos expuestos a temperaturas elevadas durante unos pocos minutos o segundos conservan una mayor parte de su sabor natural.

Conservación con congelados

La congelación conserva los alimentos impidiendo la multiplicación de los microorganismos. Debido a que el proceso no mata a todos los tipos de bacterias, aquellos que sobreviven se reaniman en la comida al descongelarse y a menudo se multiplican mucho más rápido que antes de la congelación.

Las enzimas congeladas permanecen activas, aunque su actividad se hace más lenta. Las verduras se blanquean o calientan antes de su congelación para garantizar la inactividad enzimática y evitar así la degradación de su sabor.

También se ha propuesto el blanqueado del pescado, con el fin de matar las bacterias adaptadas al frío que haya en su superficie.

Los alimentos congelados cuentan con la ventaja de ser tener una apariencia más similar a la del producto fresco que la de los mismos alimentos conservados por otras técnicas. No obstante, los alimentos congelados también experimentan ciertos cambios. La congelación hace que el agua contenida en los alimentos se expanda y tienda a destruir la estructura celular por la formación de cristales de hielo.

La calidad del producto puede depender más de la rapidez con la que se prepara y almacena la comida en el congelador que con la velocidad a la que se congela. Debido al elevado costo de la refrigeración, los alimentos congelados son, en comparación a los frescos, caros de producir y distribuir. La alta calidad es un requisito indispensable para justificar el valor añadido en el mercado.

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Conservación con ahumado

Se utiliza a menudo para la conservación del pescado, el jamón y las salchichas. El humo se obtiene por la combustión de madera, con una aportación limitada de aire. En este caso, parte de la acción preservadora se debe a agentes bactericidas presentes en el humo, como el metanal y la creosota, así como por la deshidratación que se produce durante el proceso. El ahumado suele tener como finalidad dar sabor al producto, además de conservarlo.

Conservación con energía nuclear

La irradiación de los alimentos con radiaciones ionizantes retarda la maduración de la fruta y la verdura, inhibe la germinación en bulbos y tubérculos, desinfecta el grano, los cereales, las frutas frescas y secas, y elimina los insectos de las verduras; también destruye las bacterias en la carne fresca. No obstante, la preocupación del público acerca de la seguridad de la radiación ha limitado su uso a gran escala.